martes, febrero 14, 2017

Multimillonario de 30 años comparte sus secretos

Se dice que un fracaso es prácticamente un requisito previo para el éxito de todo emprendedor.

Una prueba que puede ser verdad es el caso de Drew Houston, el último en sumarse al club de multimillonarios en la Meca de las empresas tecnológicas. La empresa tiene ahora un valor estimado de unos 10.000 millones de dólares. Pero antes de este enorme éxito, Houston conoció la amargura del fracaso.


Mientras estudiaba Informática en el prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts tuvo la idea de un programa de apuestas automatizado para jugar póker con dinero real en la red.

De fracaso en fracaso

Sin embargo, no dejó de fallar en ningún momento. “Había errores de programación que hacían que el jugador no fuera a ninguna apuesta y pasara en cada mano. Era una forma automatizada de perder todo tu dinero”, recuerda.
La primera idea seria del empresario fue un curso online para ayudar a los estudiantes a preparar los exámenes de entrada a su universidad. Pero tras 3 años de trabajo, ese proyecto no dio frutos. Sin embargo, fueron sus frustraciones colaborando con colegas las que pusieron la semilla que inspiró Dropbox.
“Iba en autobús de Boston a Nueva York y tenía un montón de cosas por hacer. Rebusqué en mis bolsillos y me di cuenta de que me había olvidado la memoria USB. Entonces me dije: ‘Esto no me puede volver a pasar'”.
Con cuatro horas por delante y mucho por hacer, decidió empezar a escribir los códigos de programación. Así nació Dropbox, un servicio para compartir archivos en la nube.
Houston contó lo que le dijo a los estudiantes durante su discurso del 2013 en una graduación en el MIT, su alma mater, que si tuviera una caja de trucos que pudiera darse a sí mismo a los 22, tendría tres cosas en ella: “una pelota de tenis, un círculo, y el número 30.000.”
La pelota de tenis, dijo, se trata de encontrar eso que te enamora. “Las personas más exitosas que conozco están todos obsesionados con solucionar un problema que realmente les importa. Yo uso la pelota de tenis para esa idea debido a mi perro, quien se pone así de loco, con la obsesión en su rostro cuando se la lanzas”.
El círculo, por su parte, se trata de la idea de que “eres el promedio de tus cinco amigos más cercanos, así que asegúrate ponerte en un ambiente que logre lo mejor de ti”. Y, por último, el número 30.000 trata sobre sacarle el máximo provecho de tu vida. Sobre eso dijo: “Cuando tenía 24 años, me encontré con este sitio web que decía que la mayoría de las personas vivían cerca de 30.000 días, así que tienes que hacer que cada día cuente.

Los secretos del éxito

Y una vez que se tiene un producto de gran usabilidad, Houston cree que otro ingrediente esencial es la buena distribución. “Con Dropbox, el usuario se lo cuenta a los amigos y colaboran. Así que cuando llegas al trabajo y necesitas hacer algo en equipo, los reclutas para convertirlos en usuarios de Dropbox porque están trabajando juntos”.
Por supuesto, el riesgo es algo esencial del emprendimiento. Pero para Houston es algo que está sobrevalorado. “Un error generalizado es que los empresarios aman el riesgo. En realidad, todos queremos que las cosas salgan como esperamos. Lo que necesitas es un optimismo ciego y tolerancia a lo incierto”.
Houston recuerda que cuando empezó con Dropbox, se vio intimidado por tener 700 empleados y el alcance de las operaciones que ahora tiene la empresa. “Lo mejor de mudarme a Silicon Valley es que todo lo que te rodea es gente a la que ya le ha pasado antes. Este lugar es la línea de ensamblaje que toma a un par de veinteañeros y los lleva a pasar por todo lo que necesitan aprender”.
Y agrega: “Lo que se necesita en realidad es compromiso con aprender y ponerse al filo de la zona de comodidad para desarrollar todas las habilidades que de otra manera no llegarían con naturalidad”.
Vía: escuelapararicos.net