No hubo mano amiga que me ayudara
la noche que encontre la antigua senda
sobre la colina, cuando crei descubrir
los campos que embrujaban mi espiritu
ese arbol, aquel muro: los recordaba bien,
y todos los tejados y bosquecillos
eran familiares a mi mente
como si los hubiera visto poco antes
adivine que sombras se moldearian
cuando la perezosa luna ascendiera
tras la colina de zaman, y supe
como se iluminaria e lvalle poco despues
y cuando la senda subio, alta y agreste,
y parecia perderse entre los cielos
no temi lo que pudiera ocultarse
tras aquellas laderas informes
caminaba decidido mientras la noche
se tornaba palida y fosforecente
HP Lovecraft
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